Capítulo 26.
Jungkook había ido a buscar el regalo del bebé al auto. Bajó por el ascensor y se encontró omegas curiosas que no paraban de mirarlo, se sintió incómodo, pero trató de no prestarles atención. Destrabó el auto con solo un botón y sacó del baúl una caja envuelta en papel de regalo, con algo de dificultad entró al hotel.
—¿Qué es eso? —preguntó una beta curiosa.
—¿Acaso te importa? —dijo Jungkook tratando de mirar bien por donde iba.
—En realidad no, pero es un regalo por lo visto. ¿Es para el muerto de hambre o para el mugroso?
El alfa frunció el ceño como cada vez que le decía así a Jimin o Jaehyun.
—Eso no te incumbe.
—Lo sé, pero soy chismosa.
—No te lo voy a decir.
—Okay, como quieras —dijo sin más—. Saluda de mi parte al muerto de hambre y al feo cachorro.
Jungkook dejó la caja en el suelo y la miró con enojo.
—Mira, ya basta ¿okay? Ninguno te hizo nada, no sé porqué los tratas así.
—Un mugroso pudo conseguir un alfa realmente guapo y con dinero, ¿y yo? yo conseguí un empleo de cuarta y para colmo ningún alfa me da ni la hora. Y por si no fuera poco ese mugroso tiene un hijo que nadie sabe de quien es y no te importa.
—¿Acaso me tendría que importar? Es un bebé y me importa tres carajos quien sea el padre. Y por lo tuyo, no tienes derecho a tratar así a las personas solo porque tú no conseguiste lo que querías. Capaz si cambias un poco tu actitud un alfa se fije en ti, ¿pero qué si no lo hace? No tienes que vivir si o si por un alfa.
Le dio una última mirada, levantó la caja y fue hasta el ascensor, dejando a una beta pensando.
Caminó un poco hasta la puerta y la golpeó con la punta de su zapato, escuchó unos pasos acercarse. Jimin abrió la puerta con su cachorro en brazos y se quedo en shock, dejó pasar al rizado y este puso la caja en el suelo de la sala.
—Espero que te guste mi humilde regalo, cachorro —dijo con una sonrisa mirando al pequeño.
Jimin seguía mirando la caja que estaba allí, no podía creer que alguien se acordara de su pequeño además de él, seguía siendo difícil asimilar que había alguien que les deba detalles a los dos.
—¿Estás bien, Jimin? —preguntó preocupado.
—¿Mm?
—Estás algo callado.
—Yo, em, si, perdón.
—No lo sientas.
—Claro, lo siento —Jungkook soltó una risa por su nariz.
—¿Ocurre algo? ¿Es demasiado que le haya regalado algo por su cumpleaños? ¿Sobrepasé la línea?
—No, no... Solo estoy procesando que te hayas tomado el tiempo de ir a comprar esto.
—Oh...
—Olvídalo, estoy sentimental.
—Creo que es normal, también me pondría así si mi cachorro cumple su primer año.
—¿En serio?
—Uh, si.
—Haaa~ —dijo el bebé emocionado apuntando la caja.
—¿Qué es eso, amor? —le preguntó al menor como si le fuera a contestar—. Creo que es un regalo para ti —le dijo con una sonrisa.
Lo bajó al suelo y lo ayudó a mantenerse de pie, sostuvo sus dos manitos para así ayudarlo a dar pequeños pasitos. Con pasos desordenados se acercó a esa caja envuelta en papel plateado.
La sonrisa del pequeño podría iluminar el lugar, era tan ancha que Jungkook pensó que le dolería su tierna carita después. Miró a Jimin y este le dio un beso en su mejilla, lo incentivó a abrirlo, pero se frustró al no poder hacerlo. Así que el castaño lo sentó en el suelo para romper un pedazo y dejar que el bebé rompa lo demás. Una carcajada se hizo presente y más fueron llegando a medida que Jaehyun intentaba abrir su regalo.
—Wow —dijo Jimin dejando todo el papel a un lado.
El de ojos azules sacó todo de su empaque y empezó a decirle a su cachorro para que servía.
—Bueno, si no me equivoco, esto es para que puedas empezar a... ¡caminar solito! —dijo haciendo una cara graciosa e hizo que Jae riera.
Jungkook veía todo con una sonrisa boba, queriendo ser parte de ese momento de abrir regalos y hacer que el cachorro ría, pero sabe que no puede. Aunque su alfa por una extraña razón diga que es suyo, él sabe que no es así.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó el de ojos verdes al ver la cara de confusión de Jimin mientras leía las instrucciones para armar el andador.
—Em, creo que sí —dijo algo tímido.
Empezaron a leerlas juntos y lo armaron de igual manera, equivocándose muchas veces, pero riéndose al darse cuenta. La atmósfera era muy cálida que ninguno de los dos quería que termine.
✧✦✧
—¡Muy bien, cielo! —animó Jimin desde una punta, para hacer que el bebé se sienta más confianza al dar los pasos.
Jungkook estaba con la camisa arremangada y con los rizos revueltos luego de armar esa cosa. Se encontraba detrás del cachorro por si se caía o lloraba por algún motivo, sabía que la primera opción era media imposible de pasar, pero su alfa y él mismo confiaban en esa casi nula casualidad.
—Vamos pequeño, tú puedes —le susurró el rizado desde atrás, haciendo que el menor volteé y de una vez por todas se anime a dar un paso más, con miedo, pero las dos personas que estaban allí le daban la mayor de las confianzas para hacerlo.
—¡Sigue así, amor!
—Vamos, cachorro —dijo con calidez el de ojos verdes.
El pequeño volvió a voltear, pero ahora con lágrimas en sus ojos. Jaehyun nunca había sentido calidez de parte de un alfa, nunca había sentido confianza hacia uno, nunca había sentido algo en su pecho que lo hiciera sentir de esa manera. Jamás un alfa le dio ese sentimiento positivo, casi siempre los alfas hacían sentir a su madre triste, sus ojos se ponían rojos o se quedaba cabizbajo. Pero ahora no era así, no confió en Jungkook cuando lo vio por primera vez, pero su madre se sentía bien cuando estaba con él y a pesar de ser pequeño lo sentía. Jaehyun sintió una calidez paternal.
El ceño de Jungkook se frunció con preocupación.
—¿Estás bien, pequeño?
Jaehyun lo seguía mirando, pero ahora con un puchero en sus labios.
—¿Ocurre algo, Jungkook? —preguntó Jimin con algo de preocupación.
El puchero del bebé seguía presente y sus lágrimas empezaban a correr sobre su rostro. Jeon dio dos pasos para quedar en frente del pequeño y se agachó para quedar a su altura.
—¿Estás bien, Jae? —volvió a preguntar.
Jaehyun levantó sus brazos lentamente, dejando un claro mensaje, Jungkook lo miró confundido. Volteó para ver a Jimin, quien estaba viendo la escena también confundido, no entendía el cambio de animo de su hijo.
—¿Qué quiere decir? —preguntó el alfa.
—Uh, quiere que lo alces. No tienes que hacerlo si no quieres, s-solo, no sé que le pasó.
Jungkook devolvió la vista al pequeño, quien seguía con los brazos levantados.
—¿Quieres que te alce, pequeño? —el menor asintió.
Jungkook desabrochó el cinturón que tenía el andador para sujetar al cachorro y lo sostuvo para levantarlo. Una vez en sus brazos el bebé se escondió en el cuello de el alfa de igual manera que lo hacía con el de Jimin.
El castaño lo miró sorprendido y el rizado se dio vuelta para que Jimin pudiera observarlo bien. No sabía que hacer, no pensó que el bebé fuera a esconderse en su cuello. Sinceramente se sentía demasiado bien, sentía algo que no podía explicar. Su alfa estaba ronroneando y él tenía ganas de dejar miles de besos en la carita de Jaehyun.
—P-Pues, no sé porqué hizo eso. ¿Estás incómodo? Lo siento, en serio, yo, yo no, em, Jaehyun no es de esconderse en el cuello de nadie, menos si es un alfa. Uh, si te sientes incómodo solo, solo dámelo, yo le diré que no haga más e-eso. E-En serio. Jungkook, no...
—Jim, tranquilo ¿si? No me incomoda para nada que haga esto, no me lo esperaba, pero estoy bien. Respira, no pasa nada. ¿Está bien?
—Claro, no pasa nada... ¿No estás enojado, verdad? ¿No me...
"¿No estás enojado, verdad amor?" "¿No me gritarás verdad?"
Su respiración nuevamente fue irregular.
Jungkook estaba a unos pasos del castaño, pero su respiración era fuerte.
—¿Jim? Jimin, mírame, por favor.
El omega seguía mirando el suelo con la respiración aumentando de velocidad.
—Jimin, no estoy enojado contigo, no hay razón para estarlo. Jim, por favor respira.
Jimin seguía hundido en sus pensamientos, mirando a la nada y Jungkook se estaba empezando a preocupar. Así que se acercó hasta donde estaba, con Jae aún en su cuello.
—Cariño...
—Mm —dijo Jimin vagamente.
—Tranquilo, respira como practicamos.
—Jungkook...
—Dime.
—¿Me po-podrías abrazar?
—Claro, Jim.
Jungkook lo acercó con su mano libre a su pecho y le empezó a acariciar la espalda, con su mentón en la cabeza del castaño. Jimin empezó a oler todos los aromas mezclados, el del alfa, el de su bebé y el suyo, y fue todo lo que necesitó para calmarse. Ese aroma se volvió su favorito.
Jungkook sintió como el cuerpo del menor se fue calmando poco a poco.
—¿Estás mejor?
—Si... Lo siento.
—Basta de disculparte, Jim, está bien, siempre va a estar bien.
—Solo... Lo siento, yo a veces no puedo controlar mi mente y termino así, Jungkook yo-
—Tranquilo, cariño, está bien. No hace falta que me des explicaciones, si tú quieres hablar sobre ello solo tienes que decirlo y yo te escucharé, pero no tienes que hablar a la fuerza solo por darme una explicación, no la necesito. ¿Estás bien ahora? —Jimin asintió—. Bien, es todo lo que necesito saber.
El omega se sentía demasiado correcto, Jungkook lo hacía sentir así. Hacía que sienta que había alguien que aún se preocupa por él, sentía que estaba seguro con él, sentía que podría ser diferente con ese alfa. Sentía que tal vez Jeon no lo rompería en mil pedazos, sentía que él lo ayudaría a poner los pedazos rotos en su lugar.
—Gracias por hacerme sentir así —dijo sin pensar.
—¿Sentir cómo?
—En paz, bien, correcto. Gracias por hacerme creer por un minuto que hay alguien que se preocupa por mí.
—Aunque no lo creas, me preocupo por ti, cariño.
Jungkook por un minuto cree que sintió un ronroneo por parte de Jimin, pero se dijo que fue solo su imaginación. Sintió la respiración tranquila de un angelito en su cuello y supuso que Jaehyun se durmió.
—Creo que Jae se durmió.
—Creo que es momento de llevarlo a la cama.
Una vez que lo llevaron a la cama quedaron ellos solos y un silencio reinó el lugar.
—Y... ¿Ya te vas? —preguntó curioso Jimin mirando sus dedos, no se atrevería a hacer esa pregunta mirando a los ojos verdes del alfa.
—¿Quieres que me vaya?
—¿Te quieres ir?
—Hey, no se contesta una pregunta con otra pregunta.
—Claro, lo siento. Pues, sinceramente... no.
—¿No qué? —dijo Jungkook sonriendo.
—Pues, uh, yo no quiero, em, que te vayas —dijo sin mirarlo directamente, sus mejillas estaban tibias—. ¿Tú quieres irte?
—Sinceramente no. ¿Puedo quedarme?
—Uh, claro, no hay problema.
—¿Seguro?
—S-Si, seguro.
—Me iré si te sientes incómodo en algún momento, solo dime. ¿Está bien?
—Okay, está bien.
Decidieron sentarse en el sofá a ver una película en la televisión. Jimin le comentó que nunca la había usado.
—¿Es en serio? —preguntó asombrado.
—Si.
—No puedo creer que después de todo este tiempo no la hayas usado —dijo sin poder asimilarlo—. ¿Por qué?
—Uh, y-yo no sé como se usa —dijo con la cara roja.
—Oh...
—Puedes burlarte si quieres —dijo preparándose mentalmente para soportar burlas o algo de ese estilo.
Jungkook lo miró por un momento.
—No voy a burlarme, Jim. ¿Por qué lo haría?
—Es absurdo que alguien no sepa usar una televisión moderna en pleno siglo XXI.
—No creo que sea absurdo, no le veo nada de malo a que no la sepas usar. A decir verdad mi madre tampoco sabe, le dice celular al control remoto —Jimin rió bajo—. Todos los días se aprende algo nuevo, cariño —las mejillas del castaño se ruborizaron.
Cariño.
Buscaron el control remoto que por alguna extraña razón estaba en la alacena. Jungkook le enseñó a prenderla y apagarla, y a cambiar los canales. Encontraron una película romántica y notó que a Jimin le gustó, así que la dejó ahí.
—¿Te gustan las películas románticas?
—Si, amo todo lo que tenga que ver con romance.
Anotado, se dijo Jungkook mentalmente.
En algún momento el alfa empezó a ver como los ojitos del menor batallaban con cerrarse y supuso que ya estaba cansando y era momento de irse.
—¿Quieres ir a dormir? Creo que ya es hora, es algo tarde.
—No —dijo Jimin mientras se tapaba la boca por causa de un bostezo.
—¿Estás seguro?
—Si... ¿Puedo recostarme en ti? —dijo tomando por sorpresa al mayor.
—Cla-Claro.
Jimin se acercó a Jungkook y éste lo rodeó sobre sus hombros atrayéndolo a su pecho.
—Hueles bien, Jungkook —dijo un Jimin medio dormido.
—¿Gracias?
—Jaehyun vio algo en ti también.
—¿Qué?
—Jae también sintió que eres especial, nos haces sentir especial —dijo el omega sin pensar.
—Es que son especiales, cariño —dijo Jeon con una sonrisa y jugando con el cabello del menor, le agradaba la faceta de Park medio dormido.
—Me gusta que me digas cariño.
—¿Ah, si?
—Si... me hace sentir especial de alguna forma.
—Te lo repito, cariño, eres especial.
La respiración de Jimin se volvió tranquila, esto le dio a entender que ya estaba dormido.
—Jim, es momento de ir a la cama —dijo suave. Jimin se removió, pero no emitió ninguna palabra.
—Jim... es hora.
—No quiero, amor, cinco minutos más.
Amor.
El corazón de Jungkook se detuvo y su alfa de derritió. Sabe que seguramente cree que es Jaehyun, pero no pudo resistir a sentirse así.
—Jimin, hay que ir a la cama.
—Jungkook, un ratito más —dijo pegándose más al pecho del rizado.
—¿Quieres dormir en el sofá?
—No, quiero dormir contigo.
¿Este será el cielo? Porque Jungkook pensó que estaba muerto. Su corazón estaba dando miles de latidos por segundo y su respiración era demasiado irregular.
—Pero, Jim, cariño, tienes que dormir en la cama —dijo como si no estuvo a punto de morir por lo anterior.
—Jungkook... —dijo aún con los ojos cerradas, haciendo un tipo de berrinche.
—Está bien, dormiremos aquí —dijo y pudo observar una pequeña sonrisa de parte del menor.
Los créditos de la película se mostraban en la pantalla frente a ellos y Jungkook creyó que ya era momento de apagarla. Jimin había apagado las luces antes de sentarse, así que se encontraban en completa oscuridad.
El alfa quedó observando con una pequeña sonrisa a Jimin mientras dormía y eso hizo hasta que se quedó dormido.
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